CuartoFranciscano

Cada día resulta más evidente el importante papel que desempeña la plena consciencia o mindfulness (como se le conoce en el campo de la psicología) en la educación. Nuestro sistema educativo suele estar centrado en el desempeño académico, sin prestar mucha atención al aprendizaje emocional y social del niño. Así, el mindfulness se ha convertido en una herramienta muy poderosa para que los niños aprendan habilidades que alienten la paz en su interior y en el mundo que les rodea. 

​

Podemos definir el mindfulness como la aptitud de la mente para prestar atención a lo que hay, aquí y ahora, estando totalmente conscientes de cada momento que vivimos. Los niños tienen un talento natural para el mindfulness, puesto que al contrario de lo que muchos creen, poseen una profunda y auténtica vida interior.

Jon Kabat-Zinn crea en 1979 el Programa de Reducción de Estrés basado en Mindfulness (MBSR - Mindfulness-Based Stress Reduction) en la Universidad de Massachusetts, aplicando los principios de la atención plena al estrés y a los problemas de salud relacionados con el estrés, ayudando a sus aprendices a relacionarse con los pensamientos y emociones de una manera más sabia.

​

Estudios científicos realizados recientemente aseguran que los meditadores tienen mayor densidad neuronal, son más felices y menos propensos a sufrir depresión, mejoran la atención, gestionan mejor las emociones y son más altruistas. 

• Gestionan más eficazmente los pensamientos y las emociones.

• Les ayuda a su equilibrio emocional y a su capacidad para la resiliencia.

• Mejora la calidad de las relaciones interpersonales.

• Incrementa la atención y el aprendizaje.

• Ayuda a concentrarse, a defenderse del exceso de estímulos propios del estilo de vida moderno tan tóxico para la mente. 

• Adquieren más humanidad, para no ser meros consumidores.

• Propone cultivar, desde muy pronto, las capacidades de estar en el mundo, presentes y conscientes de su hermosura y fragilidad. 

• Les ayuda a superar estados de ánimo dolorosos.

• Aprenden a responder en lugar de reaccionar ante los problemas.

• Viven desde el presente, con mayor plenitud y bienestar.

• Ayuda a aflorar comportamientos altruistas y compasivos.

Existe una gran necesidad de encontrar un poco de tranquilidad, física y mental, en este tiempo tan exigente que nos toca vivir.

• A diario, observamos niños fatigados, que se distraen con facilidad, inquietos e impacientes.

• Hacen demasiadas cosas pero tienen poco tiempo para "ser".

• Se vuelven mayores​ antes de que hayan podido llegar a ser niños.

​

Ejercitar la atención plena les ayuda a parar por un instante para tomar aliento, dejar a un lado el piloto automático de los impulsos y aprender a aceptar que hay cosas en la vida que no son tan divertidas. Aprenden a percibir cualidades como la atención, la paciencia, la confianza y la aceptación. Se ven fuertemente anclados en el AHORA, que es todo lo que tenemos. 

Trabajaremos con la atención plena en diferentes momentos del curso, preferentemente a primera hora de la mañana, para comenzar el día calmados. La finalidad de este programa es experimentar los beneficios que reporta esta práctica a través de un entrenamiento de al menos una hora mensual en la clase de 4º de primaria.